La primera operación comercial del Maglev fue del tipo «transportapersonas». Abierto oficialmente en 1984 en Birmingham, Inglaterra, operaba en una sección elevada de 600 metros sobre una pista de monorail, entre el Aeropuerto internacional de Birmingam y la Estación Internacional de Ferrocarril de Birmingham. Viajaba a una velocidad de 42 km/h hasta que el sistema fue cerrado temporalmente en 1995 para corregir problemas de diseño.
La máxima velocidad probada de un Maglev actual que opere comercialmente fue la obtenida en la demostración lineal del IOS (inicial operating segment) del tren alemán Transrapid construido en Shangai, China, que transportó pasajeros a lo largo de 30 km en tan solo 7 minutos y 20 segundos, consiguiendo una velocidad máxima de 431 km/h y promediada en 250 km/h.
Existen otras líneas comerciales operativas en Japón, como la línea Linimo construida para ExpoAichi. Algunos proyectos de Maglev están siendo estudiados por su factibilidad. En Japón, en la pista de pruebas de Yamanashi, la tecnología actual de los Maglev está madura, pero los costes y otros problemas crean dificultades para su desarrollo e implementación, por lo que se están intentando desarrollar tecnologías alternativas para resolver estas dificultades.
La ausencia de contacto físico entre el carril y el tren hace que la única fricción sea con el aire. Por consiguiente, los trenes maglev pueden viajar a muy altas velocidades, con un consumo de energía elevado para mantener y controlar la polaridad de los imanes y con un bajo nivel de ruido (una ventaja sobre el sistema competidor llamado aerotrén), pudiéndose llegar a alcanzar 650 km/h, aunque el máximo testeado en este tren es de 584 km/h. Estas altas velocidades hacen que los maglev se conviertan en competidores directos del transporte aéreo.
Como inconveniente, destaca el alto coste de las líneas, lo que ha limitado su uso comercial. Este alto coste viene derivado de varios factores importantes: el primero y principal es el altísimo coste de la infraestructura necesaria para la vía y el sistema eléctrico, y otro no menos relevante es el alto consumo energético.
Debido a que en la fuerza eléctromagnetica el principal factor de diseño, y del consumo también, es el peso del tren, esta tecnología no es aplicable hoy al transporte de mercancías, lo cual limita enormemente el uso de la infraestructura.
El desarrollo práctico del sistema maglev se produciría al abaratarse los costos de producción eléctrica mediante usinas basadas en la fusión nuclear.
La única línea de cierta envergadura en funcionamiento a fecha de mayo de 2008 es la que une Shanghái con su aeropuerto, tardando tan sólo 7 minutos 20 segundos en recorrer los 30 km a una velocidad máxima de 431 km/h y una media de 250 km/h. Otros recorridos están en estudio, principalmente en China y Japón; en Alemania se ha desechado de momento la construcción de líneas maglev para pasajeros debido a su oneroso costo de construcción y mantenimiento.
El 28 de diciembre de 2006, profesores de la Universidad de los Andes, de Mérida - Venezuela, presentaron al Presidente Hugo Chávez un proyecto de Tren Electromagnético, denominado TELMAGV que interconectaría la ciudad de Caracas con el estado Vargas, específicamente con el puerto de La Guaira, donde se ubica el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía, principal terminal aéreo de Venezuela. El proyecto venezolano ha sido acogido con beneplácito, y se espera el anuncio de su ejecución, al cual ya las Fuerzas Armadas dieron el visto bueno.
El 26 de abril de 2007, el diputado Manuel Villalba presentó formalmente el proyecto TELMAGV a la Asamblea Nacional de Venezuela.
El 4 de junio de 2007, en los medios de comunicación españoles se publicó que la Comunidad de Madrid pretende realizar un par de líneas de tren de levitación magnética, conocidas como tren bala, que unan el aeropuerto de Madrid-Barajas con la zona de Campamento, al oeste de la ciudad, así como otra línea que recorra el corredor del Henares, desde Alcalá hasta Chamartín en pocos minutos.7
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