lunes, 7 de septiembre de 2009

Avempace



Ibn Bayyah (ابن باجة) de nombre completo Abu Bakr Muhammad ibn Yahya ibn al-Sa'ig ibn Bayyah (أبو بكر محمد بن يحيى بن الصايغ), más conocido como Avempace, fue un filósofo de Al-Ándalus, nacido en Zaragoza, capital de la Taifa de Saraqusta, hacia 1080 y muerto en Fez en 1138, que cultivó además la medicina, la poesía, la física la botánica, la música y la astronomía.
Su pensamiento tuvo gran influencia en Ibn Rushd (Averroes) y Alberto Magno. La mayoría de sus escritos no se vieron completados (o bien organizados) debido a su pronta muerte.
Tenía vastos conocimientos de medicina, matemáticas y astronomía. Su obra capital, titulada El régimen del solitario, expresa una protesta moral contra el materialismo y la vida mundana de las clases dominantes de la época. Afirma que, dada la corrupción de la sociedad, el hombre que ha comprendido su verdadera condición debe mantenerse al margen de ella, al menos con el pensamiento.



Biografía

Nace en Zaragoza entre 1070 y 1090 de familia humilde, hijo de plateros. Cuando Zaragoza es ocupada por los almorávides, su primer gobernador, Ibn Tifilwit, lo recibió entre sus íntimos, nombrándolo visir, cargo que ocupó probablemente de 1115 a 1117.
Durante ese periodo fue enviado a una misión diplomática ante los hudíes desterrados, pero fue hecho prisionero por éstos, aunque por poco tiempo. En 1118, con la conquista cristiana, se ve obligado a emigrar. Luego lo encontraremos en Játiva, Almería, Granada y Orán, hasta recalar en la ciudad de Fez, donde murió, probablemente envenenado, en 1139.
Sus obras abarcan más de cuarenta títulos, aunque la mayoría no han llegado hasta nosotros. Destacan, en primer lugar, los comentarios a las obras de Aristóteles, que parecen pertenecer a la primera etapa de su producción, y que corresponde a sus inicios en Zaragoza. Así los Comentarios a la Física, a la Lógica, el tratado Sobre el alma, el de la Generación y corrupción, la Historia de los animales y la Historia de las plantas, entre otras.
Entre sus obras originales, que podrían pertenecer a una etapa posterior, en el exilio, hay que mencionar sobre todo tres: El régimen del solitario, el Tratado de la unión del Intelecto con el Hombre y la Carta del adiós. Todas ellas fueron vertidas al castellano por el excelso arabista aragonés Miguel Asín y Palacios.

Diversidad de sus saberes

Avempace destacó fundamentalmente como filósofo, pues fue el iniciador en al-Ándalus de un pensamiento filosófico puro, conocido en el mundo árabe como «falasifa», que se distinguía del pensamiento teológico, que era el que generalmente se daba en al-Ándalus. Para ello el pensamiento racional se desvinculaba de cualquier fin religioso, y su camino debía ser el de la lógica aristotélica. Es en este punto donde Avempace traza el camino que seguirían Averroes y Maimónides, que además continuaron muchas de sus líneas filosóficas. Por otro lado, el pensamiento hispanomedieval anterior a Avempace buscaba fundamentalmente encontrar una explicación racional a la verdad revelada del Corán, y para ello intentaba conciliar un neoplatonismo ascético o místico con el pensamiento.
Si bien Avempace fue pionero como filósofo, su actividad intelectual se desplegó en muchos otros campos del conocimiento. Profesionalmente era médico, y por ello era farmacólogo y botánico, ya que estas tres disciplinas estaban estrechamente conectadas en el islam, pues se usaba el conocimiento de las plantas como base de la curación. Como músico fue asimismo célebre entre sus contemporáneos. En cuanto a la formación intelectual, era obligado en el mundo árabe dominar las disciplinas científicas más valoradas que eran la física y la astronomía, que en su tiempo no se distinguía claramente de la astrología; y asimismo la retórica y la poesía, tanto o más consideradas que las ciencias, pues la música, las matemáticas y la poesía mantenían una indisoluble relación.

Música y poesía

Fue muy temprana su inclinación a la música y la poesía, que en la época eran indisociables. Todos los autores coinciden en sus dotes para el canto, la ejecución, la composición y la teoría musical. En este campo escribió un extenso tratado titulado Fi-l-‘alhan (Sobre las melodías musicales), hoy perdido. Además compuso un comentario al tratado sobre la música de Al-Farabi, que, en opinión del historiador argelino Al-Maqqarí (1591-1634) hacían inútiles todos los libros escritos sobre el tema con anterioridad.
En cuanto a su actividad como poeta, nos han llegado algunas composiciones y anécdotas que reflejan su ingenio y dotes poéticas, pero su posible producción nos es desconocida. El islamólogo español Emilio García Gómez (1905-1995) considera que fue Avempace quien fundió por primera vez la poesía árabe clásica con las formas romances de la lírica de influencia cristiana; según el mismo autor el resultado fue la forma de moaxaja llamada zéjel, compuesta en árabe dialectal y adaptado a la melodía de las canciones cristianas.
Recientemente, el portal Webislam de conversos españoles al Islam, publicó que la partitura de la Nuba al-Istihlál de Avempace (siglo XI), con arreglos de Omar Metiou y Eduardo Paniagua, guarda una similitud casi absoluta con la marcha granadera (siglo XVIII) que es hoy himno oficial de España.1

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