lunes, 12 de octubre de 2009

Vicente Ferrer i Moncho



Vicente Ferrer i Moncho (Barcelona, 9 de abril de 1920 - Anantapur, Andhra Pradesh, India, 19 de junio de 2009 ) fue un filántropo español, considerado una de las personas más activas en la ayuda, solidaridad y cooperación con los desfavorecidos del tercer mundo. Ha desarrollado su actividad principalmente en La India, donde llegó en 1952 como misionero jesuita.



En su juventud se afilió al POUM y a los 16 años fue llamado a filas, durante la Guerra Civil Española. Participó en la batalla del Ebro (1938) y en la retirada del ejército republicano hacia Francia tras la caída del frente de Cataluña. Brevemente internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer. No habiendo cometido delitos, optó por volver a España, siendo entregado por las autoridades francesas a las franquistas en Hendaya e internado en el campo de concentración de Betanzos durante 1939.
Fue finalmente liberado, pero tuvo que cumplir de nuevo el servicio militar. Fue licenciado, después de siete años de movilización contando los años de la guerra, reclusión y nuevo servicio militar. En 1944 abandonó sus estudios de Derecho e ingresó en la Compañía de Jesús.



En 1970 abandonó la Compañía de Jesús para casarse con la periodista inglesa Anne Perry y fundó la organización Rural Development Trust (RDT, Fondo de Desarrollo Rural). Desde el principio de su labor despertó grandes simpatías entre los campesinos indios, pero no entre las clases dirigentes, económicas y políticas, que veían en su labor una amenaza. Sin embargo pudo seguir adelante con sus proyectos gracias al apoyo de Indira Gandhi, que siempre reconoció su labor.
Desde 1996 cuenta con su propia fundación, la Fundación Vicente Ferrer, a través de la cual organiza toda su actividad, centrada en las castas bajas del distrito indio de Anantapur, al que dedicó más de 40 años de su vida. Su trabajo de canalización y gestión rindió fruto: tres hospitales generales, uno de VIH, un centro de control natal, 14 clínicas rurales, 1.696 escuelas, unas 30.000 viviendas y unos 2,7 millones de árboles plantados, entre los proyectos más representativos. Su trabajo y el de las personas que lo han ayudado ha cambiado para bien la vida de dos millones y medio de personas.
El 20 de marzo de 2009 fue ingresado de urgencia en el hospital de Anantapur, región del estado indio de Andhra Pradesh, tras sufrir un accidente vascular cerebral. Falleció tres meses después, debido a complicaciones respiratorias.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España anunció el dia 20 de junio de 2009 la creación del premio Vicente Ferrer de Cooperación Internacional que premiará a aquellas personas, instituciones u organizaciones que hayan destacado, de manera significativa, en labores de cooperación y ayuda humanitaria. Será entregado todos los 8 de Septiembre, dia mundial del cooperante.
En julio de 2009 Spanair anunció que le pondría el nombre del misionero a uno de sus aviones Airbus 320, dentro de un acuerdo más amplio con la Fundación.

Vicente Ferrer tuvo su primer contacto con la India en 1952, cuando llegó a Bombay como misionero jesuita para completar su formación espiritual. Sin embargo, la pobreza que le rodeaba pronto lo llevó por otros caminos y, a partir de aquel momento, dedicó el resto de su vida a trabajar para erradicar el sufrimiento de los más pobres de ese país.

Su labor le valió distinciones como el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia o la Gran Cruz del Mérito Civil.

Los desheredados de la Tierra, los parias, los pobres entre los pobres están de luto tras la muerte de Vicente Ferrer el pasado 19 de junio. Su adiós significa una enorme pérdida para la humanidad, ya que este filántropo nacido en Barcelona en 1920 entendió que la paz no es sólo la ausencia de conflictos, sino también la lucha contra la discriminación, el sufrimiento y la pobreza. En esta lucha, el padre Ferrer invirtió toda su vida.



A sus 89 años, el humanista español era una institución en la India, país al que llegó en 1952 como misionero jesuita. Desde entonces consagró su vida a erradicar el sufrimiento de los más desfavorecidos en unos de los Estados más pobres del mundo. Por eso puso en marcha iniciativas como «El milagro de dar», que consistía en una pequeña ayuda económica y asesoramiento técnico para obtener agua para los cultivos. Si cada campesino devolvía el préstamo —sin intereses—, el milagro se extendía por toda la comunidad.

Lamentablemente, su labor generó suspicacias entre los sectores dirigentes, que vieron en él una amenaza a sus intereses y consiguieron una orden para expulsarle del país. Ante este hecho, más de 30.000 campesinos, secundados por intelectuales, políticos y líderes religiosos, se movilizaron en una marcha de 250 kilómetros para protestar por la orden de expulsión.

La entonces primera ministra Indira Ghandi se comprometió a buscar una solución y así, en 1969, Vicente Ferrer regresó a la India para instalarse en Anantapur, uno de los distritos más pobres del país, donde continuaría su lucha por los más desfavorecidos. Ese mismo año deja la Compañía de Jesús y crea, junto a quien será su futura esposa unos meses más tarde –Anne Perry– la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur. Sin embargo, durante los años 70 persiste el asedio, esta vez desde las autoridades de la región, que ven con recelo el trabajo de la fundación, llegando incluso a intentar encarcelarlo.

Años más tarde, en 1996, crea la Fundación Vicente Ferrer en España para asegurar la continuidad económica de los proyectos en la India. Desde ese momento, y hasta su muerte, lidera un proyecto que, hoy en día, continúa vivo gracias a un equipo de cerca de 1.900 personas y al apoyo de más de 139.000 colaboradores. Actualmente la Fundación apadrina a 135.000 niños, tiene presencia en 2.000 pueblos y, de los cuatro millones de residentes de Anantapur, dos y medio se benefician de su trabajo.



Multitudinario adiós

Por todo ello no es extraño que el último adiós a Vicente Ferrer se convirtiera en un acto multitudinario. Al menos 300.000 personas visitaron su capilla ardiente y 100.000 más se desplazaron a la localidad de Bathalapalli, cercana al campus central de la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur, para participar en la ceremonia de su entierro. El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, asistió en representación de España, y también lo hizo la Viceconsejera de Exteriores de la Generalitat de Cataluña, Roser Clavell, y la poprtavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría.

“No sólo yo he perdido el padre, sino todos los que estáis aquí también. Estoy triste por su pérdida, pero a la vez estoy feliz porque he visto todo lo que la gente lo quería. Nosotros seguiremos trabajando con el mismo espíritu que Vicente”, fue el mensaje con el que se despidió uno de sus hijos, Moncho Ferrer.



Entregado a los pobres

Vicente Ferrer aparece rodeado de niños en la India. Actualmente, la fundación que lleva su nombre apadrina a 135.000 de estos niños. En la siguiente fotografía, Ferrer recoge el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que Felipe de Borbón le entregó en 1998. En la última instantánea, el féretro del humanista español durante el multitudinario funeral celebrado en Anantapur el pasado 22 de junio.

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